Todos escondemos algún sueño inconfesable, que no siempre reconocemos como nuestro, aun cuando nos desnude las sonrisas que nadie ve . Todos, incluso la lunna.
De nuevo tu mano doma y acaricia las palabras.
Incitas, invitas, insinúas tras cada instante de noche,
de sombras, que visten la desnudez de tus deseos.